- Daniel Wepfer
EL COMUNISMO Y EL CIBER-COMUNISMO. ¿SON POSIBLES?
Alcances y limites desde la economía Marxista, Neoclásica y Austriaca.
En su libro El Cálculo económico en el Sistema Socialista, del año 1920, Luis Von Mises procura teorizar acerca de los alcances y límites del socialismo desde el campo de la economía. Su interrogante radica en si es posible calcular qué producir, cómo y cuánto, en una economía socialista, es decir, una economía donde los medios de producción (no lo bienes de consumo) son propiedad del estado1. Esta evolución surge del supuesto teórico de la teoría marxista donde la productividad de una sociedad organizada bajo un sistema socialista aumentaría en relación al sistema capitalista de libre mercado.
Para Mises, el objetivo de la teoría económica y su aplicación en la sociedad es generar un marco que promueva la creación de información, innovación e incentivos.
El debate surge de dos hechos que se dan durante el intercambio de mercancías:
La heterogeneidad del capital a partir de las propiedades intrínsecas del bien y su utilidad hacen que las mercancías por un lado tengan multiespecificidad (que cado una valga para un fin específico), y por el otro complementariedad (que los fines específicos se complementen entre sí).
La creación de información debe promover la toma de decisiones a partir de las propias valoraciones subjetivas de los individuos, siendo estos destinatarios de los bienes de consumo, o bien productores de ellos, evaluando así la viabilidad económica de ellas en los procesos de producción. De aquí surge que las elecciones no son dadas por las propiedades intrínsecas de un medio o material determinado y su mejor desempeño entre otros en relación a un fin, sino por las valoraciones subjetivas a partir del flujo de información que se crea a través del libre intercambio de mercancías.
Karl Marx, desde su visión científica del socialismo, concluye que el cambio evolutivo del sistema capitalista al sistema socialista era inevitable. Haciendo referencia a las ideas que el socialismo utópico había postulado, advierte que la elaboración de modelos metodológicos sería errónea. Aun así delineo algunas características, donde un sistema de gobierno que centralizara todas las etapas de producción de la economía, en contraste con lo que daba en llamar “anarquía de la producción”2.
A saber, un sistema de pagos mediante cupones a partir de:
1 La propiedad del estado desde una perspectiva Socialista hace referencia al estado como a la propiedad común de todos los trabajadores en desmedro y/o abolición de la propiedad privada del individuo.
2 A partir de lo que Marx expone como el problema de la transformación de valor a precio, el cálculo de la tasa de ganancia media y su teoría sobre los precios de producción, advierte que a través del libre mercado, los capitalistas de manera individual no pueden saber que sus acciones pueden estar desestabilizando la tasa de ganancia media cuando modifican la composición orgánica del capital (la relación entre el capital constante y el capital variable). Solo cuando a partir del mercado esta es trasladada a la competencia, es que la tasa de ganancia media decrece.
Una contabilidad del tiempo de trabajo medio socialmente necesario destinado para la producción de un bien3. En este punto diferencia entre trabajo simple y trabajo complejo aunque plantea un modelo en el cual se reduciría su contabilidad en relación al primero4.
Una contabilidad de bienes materiales5. En este caso considera la escasez del bien. De allí argumenta que cuanto más escaso sea un bien mayor será el tiempo de trabajo medio socialmente necesario para adquirir el bien. Con la incorporación de una nueva tecnología que permita reducir los tiempos de adquisición, el coste de producción se reducirá6.
Su argumentación concluye en que cualquier desajuste producto del libre mercado seria resuelto a partir de la planificación centralizada, alcanzado así niveles de productividad superiores al sistema capitalista.
Al modelo socialista, Mises plantea en el año 1920 su artículo Economic Calculation in the Socialist Commonwealth que luego se convertiría en su libro Socialismo y Calculo Económico.
En su modelo presupone un escenario donde la corrupción que deviene del propio ejercicio del poder por parte del monopolio estatal no ocurre7, o bien que en un determinado momento, ante alguna crisis económica o política, la gente no reclame que alguien ponga orden8.
Silogismo Miesiano: Si no hay propiedad privada sobre los bienes de producción, no puede haber un libre intercambio de estos9. En consecuencia si no hay un libre intercambio de estos bienes, no hay manera de fijar sus precios. Ósea, determinar la escases relativa de los bienes de capital a través del precio. En consecuencia, resulta imposible la imputación del valor relativo de los bienes de consumo a los costes de producción.
3 No considera los cambios en la demanda y desde la ESCUELA AUSTRIACA, las teorías subjetivas del valor y el concepto de utilidad marginal, donde es a partir de ese bien de consumo, el valor que puede imputarse al bien de capital.
4 La crítica de la ESCUELA AUSTRIACA en este punto no surge de la menor o mayor complejidad de la tarea, sino de la demanda del bien que produce.
5 En el caso de bienes materiales no reproducibles de la naturaleza (como la madera). Con la tala de un árbol no puedo reproducir dicha materia instantáneamente. Tengo forma de saber el costo de la acción de talar según las horas necesarias pero no el material en si porque no hay nadie que lo haya producido. Al no ser un tiempo humano no puedo saberlo. Dos procesos de producción que requieran el mismo tiempo total, solo que uno utilice más materia prima que el otro, tendrán el mismo valor.
6 En el sistema capitalista la reducción en los tiempos de adquisición de un bien no alteran la condición escasa del mismo, dado que el propietario puede considerar que su administración sea necesaria para mantenerlo en un futuro.
7 “El poder tiende a corromper, el poder absoluto corrompe absolutamente. Los grandes hombres son casi siempre malos, incluso cuando ejercen influencia y no autoridad: aún más cuando superas la tendencia o la certeza de corrupción por autoridad.” Lord Acton
8 “La condición previa al gobierno de los peores se explica porque en determinado momento, ante alguna crisis económica o política, la gente reclama que alguien ponga orden. Bajo esas circunstancias, la sociedad está dispuesta a sacrificar el respeto por las instituciones con tal de salir de la crisis en que está sumergida, sin advertir el peligro de semejante actitud.” Friedrich August Von Hayek – Camino de Servidumbre.
9 En el sistema socialista este intercambio se daria de forma “pautada”.
Los requisitos para que una economía pueda fijar precios y poder realizar un cálculo económico de manera objetiva son: La existencia de propiedad privada; La ausencia de coerción a favor del libre intercambio de mercancías; Y la existencia del dinero como medio de intercambio que funcionara como unidad de cuenta en dicho intercambio.
Estas condiciones permitirían basar el cálculo económico de los bienes de capital, a partir de las valoraciones de todos los agentes que participaran de ese libre intercambio. La información recibida permitiría que cada agente pudiese adoptar sus propias decisiones. Ya no a partir de un común denominador propio del proceso de producción, como es el caso del tiempo medio de trabajo socialmente necesario, sino a través de la valoración que ese bien adquiere a partir de la propia acción de ser intercambiado por otros10.
La crítica Miesiana al sistema socialista, no nace de un estudio comparativo e histórico de distintas sociedades, sino a partir del propio silogismo que plantea. Esto en un contexto histórico donde las teorías económicas socialistas estaban en auge y la instauración del régimen soviético estaba en proceso de consolidación. Incluso posterior a esta consolidación, y habiendo constatado en la práctica sus propias dificultades, siguieron siendo defendidas11.
Las respuestas a las críticas planteadas por la ESCUELA AUSTRIACA, dieron paso a perspectivas que desde una visión NEOCLASICA12 (entendiendo así la importancia de los precios, su formación y la imputación de estos a los bienes de capital), cuya explicación pretendía demostrar que la planificación central era posible mediante un modelo competitivo de prueba y error, que emulara de alguna forma el funcionamiento del mercado13. Sin embargo, existió un nuevo análisis del debate por parte de economistas austriacos varios años después. Esta interpretación alternativa fue liderada por economistas como Friedrich August Von Hayek o Don Lavoie (1985). El primero encontraba que la imposibilidad de este nuevo planteo, radicaba en la falsedad de los datos a partir de los cuales se pretendía obtener valores referenciales, dado que la información de las valoraciones de los individuos son ante todo subjetivas, tacitas y de tipo practico. En este sentido, el segundo planteó la idea de que el problema principal de la planificación central no es tanto la recopilación de la información sino su creación. Es decir, en tanto que la planificación central elimina la institución de la propiedad privada sobre los medios de producción, no se puede crear la información, en forma de precios, necesaria para poder asignar el capital en las líneas de producción que más lo demanden.
Diez años después del trabajo de Lavoie, una nueva generación de socialistas quiso retomar el debate del cálculo económico y responder a los austriacos. Hablamos de Allin Cottrell y Paul Cockshott. Estos autores, en su famoso artículo Calculation, Complexity, and Planning: The Socialist
10 Ejemplos de la imposibilidad práctica de efectuar un cálculo objetivo de las valoraciones de un bien de capital, si es que las condiciones citadas no son aseguradas, son: Durante la Unión Soviética “El catálogo de Sears” (una publicación periódica con los precios de los bienes que dicha cadena de supermercados ofrecía), paso a ser aquello que daba una referencia al planificador soviético de lo que los bienes valían en unidades dinerarias. Por esta misma razón, cuando se teorizaba sobre la implementación de un sistema comunista a escala global, se consideraba la necesidad de contar al menos con un único territorio bajo régimen capitalista. 11 Samuelson desconfiaba de los mercados libres. No creía en la soberanía del consumidor, ni que los precios, las tasas de interés y las ganancias y las pérdidas, fueran la guía de la función empresarial. Creía más bien en la planificación central. Sorprenderá a más de uno que el mismo economista que criticó a Marx, Lenin o Stalin, defendió en 1989 la economía socialista soviética, señalando que “puede funcionar e incluso prosperar”.
Samuelson señalaba que “una sociedad en la que la mayoría de las decisiones económicas son adoptadas de manera administrativa, donde los beneficios no sean el motivo principal detrás de la producción, puede crecer durante largos períodos de tiempo.”
12 Lange, Taylor, Dickinson o Lerner.
13 A este sistema le dieron el nombre de Socialismo de Mercado
Calculation Debate Once Again (1993), afirmaron que, desde Lavoie, nunca hubo una respuesta contundente a la nueva interpretación austriaca y que, por tanto, su principal cometido era intentar proveer esa respuesta. Para ello, plantearon el argumento socialista de forma distinta a como lo hicieron los anteriores socialistas neoclásicos.
En este caso, Cottrell y Cockshott volvieron a basarse en la teoría del valor trabajo, rechazando la teoría subjetiva del valor que sí apoyaban los anteriores socialistas, y concluyeron que esta posibilita la planificación central, de la mano de los avances en la capacidad computacional de los ordenadores modernos. Es decir, que si sustituimos los precios de mercado por mediciones en horas de trabajo y nos ayudamos de computadoras, la planificación central es posible. Por tanto, dado que la planificación sería ahora cibernética, el sistema propuesto fue llamado ciber-comunismo.
¿El ciber-comunismo es posible?
Para analizar este tema, recordemos que el principal problema que plantea Mises respecto al socialismo, es la imposibilidad del órgano de planificación central para hacerse con la información necesaria para coordinar a la sociedad. En concreto, esta información es subjetiva, dispersa, práctica y no articulable, por lo que no puede transferirse de ninguna forma al órgano central; además, explica Mises que la misma intervención del Estado (en particular aboliendo la propiedad privada de los medios de producción, y la agresión institucional al libre ejercicio de la función empresarial) destruye tanto la información que se va creando como los mecanismos a través de los cuales se transmite a lo largo de la sociedad (precios de mercado).
Los ciber-comunistas sostienen que en su sistema socialista la planificación central es computable, por su grado de complejidad. Esto parece chocar en principio, con algunas ideas tanto en la visión dinámica como la computacional, aplicadas a la economía.
Por un lado, la visión dinámica parte de la base de que no puede haber un explotador global de todas las oportunidades en un sistema complejo, que no se pueden alcanzar óptimos globales y, por tanto, la economía se encuentra siempre movida por dinámicas fuera de equilibrio14. Por otro lado, la visión computacional entiende directamente que el problema del cálculo económico es complejo y los precios de equilibrio no son computables15. ¿Cómo es entonces posible que Cottrell y Cockshott se posicionen en favor de la planificación central de la economía desde un enfoque de complejidad computacional?
La respuesta a la anterior pregunta la encontramos en dos partes. Primero, es lógico que Cottrell y Cockshott no compartan las características de un sistema complejo que proporciona la complejidad dinámica, puesto que ellos sostienen un enfoque computacional que rechaza la visión dinámica y el concepto de emergencia por ser demasiado general y poco preciso. Después, ellos mismos reconocen el problema de la computabilidad de los precios, en línea con los autores de la complejidad computacional, pero entonces demuestran que, si asumimos la medición en tiempo de trabajo, sí podríamos computar un plan central.
14 Arthur, Durlauf, and Lane 1997
15 Markose 2005; van den Hauwe 2011
De hecho, ponen el ejemplo del sistema nervioso de una mariposa para demostrar que un sistema de control puede computar un sistema de manera completa sin ni siquiera necesidad de recurrir a aritmética (Cottrell and Cockshott 1993). Aquí, el problema del planteamiento de Cottrell y Cockshott es que olvidan la cuestión central de la autorreferencia.
¿Qué es el la autorreferencia?
La autorreferencia se relaciona con un fenómeno por el que un elemento se refiere de manera directa a sí mismo, lo que puede conducir a paradojas. Koppl y Rosser Jr. (2002) estudian el fenómeno de la autorreferencia en economía en varios niveles. Uno de ellos es que la hipótesis de racionalidad perfecta lleva al juego a una paradoja “yo pienso que el otro jugador piensa que yo pienso…”. En paralelo a este razonamiento, en otro de los niveles, concluyen que, en tanto que los planificadores tienen el mismo nivel de racionalidad y computación que los agentes en una economía, el control y la predicción es imposible puesto que conduce a paradojas derivadas de autorreferencias (“yo pienso que el otro agente piensa que yo pienso…”).
Además, siguiendo la tesis de Wolpert (2001), esta paradoja no podría resolverse ni siquiera asumiendo que el problema (planificación central) es computable, incluso con la existencia de un hipercomputador, puesto que ningún computador dentro del mundo es capaz de predecir siempre de forma correcta lo que ocurrirá en el mundo antes de tiempo. Sería necesario estar fuera del sistema, como un observador con mayor grado de complejidad que el sistema observado, para poder anticipar y controlar su comportamiento.
El problema de Cottrell y Cockshott es que cuando hablan de la mariposa o su sistema de control, parecen asumir que este se encuentra fuera del sistema nervioso, como una entidad de complejidad superior que pudiera controlar y computar el sistema nervioso de la mariposa. La realidad es que no es así, y al encontrarse dentro del propio sistema, no podrá predecir ni explicar completamente su comportamiento (Hayek 1952). Aplicado a la planificación central, podemos decir que un gobierno no puede conocer ni predecir completamente la evolución de una economía que contiene el plan central dentro de ella misma (Rosser Jr. 2012).
En conclusión, podemos decir que el ciber-Comunismo diseñado por Cottrell y Cockshott no es posible como así tampoco lo fue el Comunismo en sus orígenes. Debido, entre otros motivos, al problema fundamental de la autorreferencia. También hay otros problemas, como las suposiciones acerca de la teoría del valor trabajo y la información, o también, si es posible la agregación de preferencias individuales en una preferencia social.
Como nueva ronda en el debate del cálculo económico, el ciber-comunismo revisita y actualiza aquella contienda de ideas que Ludwig Von Mises supo dar en su época.