- Stefano Cobián
Crítica al Estado Nación Moderno
En defensa de la libertad individual
Crítica al Estado Nación moderno y al establecimiento coactivo de monopolios como subordinación de las libertades individuales
La conformación del Moderno Estado Nación tiene como antecedente la separación del poder público del poder privado (Plaza), el cual tiene sus orígenes en los siglos doce y trece, donde se manifestaba una abierta disputa entre señores feudales por obtener primacía política a través de la hegemonía monopolística de subordinación y extracción coercitiva de riquezas a individuos europeos. Estas cúpulas de poder integraron cortes provinciales que designaron a uno de ellos como primero entre iguales argumentando una supuesta legitimidad otorgada por un derecho divino al monarca para poseer los aparatos de gobierno o medios políticos para extraer rentas a las personas, al igual que la antigua relación de vasallaje surgida posteriormente al Imperio romano. Los demás dueños de feudos que contribuyeron a la conformación de monarquías absolutistas, durante el transcurso del siglo dieciséis, obtuvieron estatus de casta estamental superior por vínculos de sangre denominada nobleza, compuesta por los antiguos señores de la guerra que al percatarse de sus pocas posibilidades de obtener el poder monopolístico del Estado decidieron cooperar con las familias dominantes, convirtiéndose en nobles cortesanos dependientes del rey y parasitando de igual manera a la población subordinada.
Estas relaciones de poder político históricamente definido, o específicamente, el establecimiento de un monopolio de la violencia (Weber), dentro de un territorio, que encapsula (Carneiro) y subyuga a una determinada población, llamado Estado, se vio formalizado tras los tratados multilaterales de paz en Westphalia de 1648, donde se puso fin a la guerra de los Treinta Años, estos acuerdos germánicos sentaron la base de un nuevo orden internacional, el cual supone la aceptación, por parte de las distintas potencias enfrentadas, de una serie de modificaciones de carácter económico, jurídico y principalmente territorial donde se delimitaban los principios de soberanía, equilibrio e igualdad entre Estados y se aceptaba la lógica del principio de eficacia, es decir, la apropiación se convierte en legitimación. Posteriormente, durante el siglo diecisiete e inicios del siglo de las luces, se da un fortalecimiento del poder coactivo de las cúpulas o núcleo político y administrativo conformados por la realeza y la nobleza, que se tornan cada vez más despóticas e intolerantes; el proceso de unificación y demarcación territorial para delimitar espacios deextracción de riquezas determinando la pertenencia o repartición de pueblos enteros a determinadas coronas apoyadas por el clero y sus justificaciones místicas, se profundiza en las sociedades y se impregna como normal en el imaginario colectivo; esto evidencia que la conformación de dichas comunidades políticas, es más, podríamos decir que de todos los Estados, nunca fue ni pacífica ni voluntaria, en el sentido de que nunca fue articulada desde abajo hacia arriba por la voluntad contractual y soberanía de los individuos, argumentando una supuesta razón del Estado, siempre se basó en imposiciones, esto no cambiará mucho luego de la conformación de las repúblicas.
Las monarquías absolutistas desarrollaron aparatos burocráticos especializados, además de la concentración de la actividad judicial y la producción jurídica en manos del rey y de sus tribunales especializados; tal centralización del poder, desencadenaron en juicios arbitrarios y despotismo reflejado en represión y en algunos casos censura; las malas condiciones de vida de los sectores populares, despertaron un sentimiento de rebeldía por parte de los ilustrados, lo cual desencadenó la Revolución Francesa de 1789, este hecho marca el inicio del Estado Nación Moderno (Plaza); los revolucionarios al exterminar a su competencia aristocrática (Bastos) se encontraron con el poder del Leviatán (Hobbes), al parecer fueron embriagados por tanta violencia concentrada, debido a que unos años después, se establecieron sistemas igual de centralistas y despóticos, manifestados en hechos como el terror jacobino. Finalmente, a inicios del siglo XIX, los gobernantes y sus cúpulas de poder, ya no solo influenciados por la nobleza, sino también por grupos de presión económicos, se vieron en la necesidad de pacificar su accionar político con respecto a sus propias poblaciones y emplear nuevos argumentos que justificaran su posición de gobernantes y extractores de impuestos; es así, que pasamos del poder político privado, donde la figura del Estado recaía en una figura individual corpórea de carne y hueso, el rey, aquella figura de autoridad que ostentaba poder y disfrutaba de las riquezas extraídas del pueblo; y pasamos al poder político público, donde aún prevalecen las estructuras de dominación estatal, sin embargo, de forma inteligente, los nuevos gobernantes optaron por mostrar la figura del Estado ya no en un monarca, sino en la abstracción del pueblo, ya no se usaba como justificación el derecho divino de los reyes, sino argumentos mejor elaborados como la teoría del contrato social (Rousseau), la división de poderes (Montesquieu), el gobierno civil (Locke) y el reconocimiento de los derechos individuales inalienables y la búsqueda de la felicidad como propósito del gobierno como acuerdo redactado en la Constitución por los Padres Fundadores de los Estados Unidos de América, un contrato que los ciudadanos nunca firmaron (Spooner) y se puso en duda su autoridad tras la guerra de secesión y la invasión a México.
Por otro lado, también por aquellas fechas nacía el nacionalismo como ideología que postula que aquellos que componen una nación deben conformar un Estado; la nación es algo muy abstracto, los vínculos culturales en los que se basa una identidad compartida puede implicar muchas relaciones, el hombre moderno puede tener muchos vínculos compartidos con millones de personas (Díaz), esto se ve reflejado en los nacientes países latinoamericanos que fueron conformados arbitrariamente tras ser repartidos (Ejm. Tratado de Tordesillas) y delimitados como colonias o en guerras entre sí (Ejm. Guerra del Pacífico), en estos países hay una pluralidad cultural magnífica, diversidad lingüística y étnica, pero aun así, todos están englobados y subordinados bajo Estados Nación, ¿qué nación?, la nación del Estado inculcada a través de los órganos burocráticos que centralmente imponen un currículo educativo que inculca a los menores un culto a la nación del Estado por medio de símbolos, mapas e himnos; las ideas del nacionalismo nublan el pensamiento crítico de las personas en relación a su posición de subordinados y aliena su percepción haciéndole creer que tienen soberanía o el poder por el simple acto de acudir a las urnas, aunque los mecanismos de dominio del Estado estén presentes en la ilegalidad de la secesión, cobro de impuestos, etc. En relación a esto, otra contribución de la separación del poder público del poder privado en la conformación del Moderno Estado Nación, es el surgimiento del modelo de gobierno denominado democracia universal representativa, como planteamos anteriormente, se pasó de la figura estatal del monarca (que no podía excederse en el cobro de impuestos, debido a que eso generaba levantamientos populares, ya que pobladores veían que las rentas que les extraían obligatoriamente iban a un señor que ostentaba lujos a costa suya, aunque en el siglo XVII intentaban ocultar esto, ya no solo por justificaciones religiosas de la Iglesia, sino también por economistas como William Petty (1691) los cuales entendían a esta disciplina como una forma de mostrar que los súbditos del rey no estaban en malas condiciones de vida), a la figura del pueblo, ahora que algunos miembros de la población denominados por el derecho positivo como ciudadanos podían participar de elecciones como candidatos e ir a votar para determinar quién accedía al poder ejecutivo e imponía sus ideologías al resto de la población ± (51% vs 49%), los gobernantes podían incrementar el tamaño del Estado, debido a que el gasto público les otorga popularidad y les posibilitaba una nueva oportunidad de ser reelectos, los ciudadanos ya no se rebelaban ante el alza de impuestos (Bastos) o la carga regulatoria, debido a que supuestamente desde su nueva cosmovisión moderna, dichos tributos ya no iban a un monarca que vivía bien sin hacer mucho, sino que los tributos iban a la nación, al pueblo, a una abstracción a la cual manifestaban absoluta devoción puesto que se les inculco desde niños un seudo patriotismo llamado amor por la Nación
A diferencia de la revolución americana que reconocía los derechos individuales, es decir, universales independientemente de cualquier característica colectiva; en los sistemas jurídicos de la revolución francesa, el sujeto de derecho no era el individuo (no se respetó este principio en EEUU), sino una minoría de hombres blancos adultos instruidos; de ahí parten las luchas identitarias por una búsqueda de alcanzar mayor ciudadanía a todos los sectores de la población históricamente marginados (Condorcet); además, en el campo económico se pasó de una estructura mercantilista a un capitalismo clientelista, incluyendo los procesos estatistas denominados imperialismo (fase superior del estatalismo) y colonialismo que derivaron en la primera guerra mundial (Sarajevo 1914), ideologías totalitarias como el fascismo y vertientes radicales del socialismo como el nacionalista o el soviético, dichos sistemas junto a sus contrapartes beligerantes denominados aliados fueron responsables directos de la muerte de millones de seres humanos inocentes tanto en campos de concentración como a través de bombas atómicas, entre otras formas de asesinato masivo; para dar pase a lo que algunos sociólogos denominan posmodernidad.
Hoy, en pleno siglo XXI, la modernidad y concretamente el Estado Nación moderno siguen vigentes y en expansión con nuevas formas de expresión como el socialismo corporativo, capitalismo de Estado, globalismo semi totalitario con banderas de la progresía woke, neokeynesianismo-neoclásico, iuspositivismo, corporativismo, nacionalismo y la supuesta defensa de grupos identitarios que en realidad tienen intereses políticos de por medio y sirven como caballo de troya para intereses del Deep State, mega corporaciones, grupos de presión (Lobby), élites financieras, Foro de Davos, tecnócratas, eco-fascistas y demás ideologías transhumanistas y neo-malthusianas, misántropas y autodenominadas mesías que gobiernan bajo la máscara mitológica de la democracia y el progreso, para instaurar un régimen globalista totalitario, donde el que sale perdiendo es el individuo y sus libertades.
Tesis sobre el Estado Nación
Premisas:
- La realidad existe y los individuos la perciben mediante sus sentidos y su
- El ser humano es sociable por naturaleza y depende de la interacción con sus semejantes. La libertad es el principio de acción voluntaria en ausencia de coacción.
- El ser humano experimenta con la realidad y se establece fines usando
- El ser humano sobrevive debido al uso de su razón, la cual deriva en la facultad de elegir o tener voluntad para usar sus medios y lograr sus fines.
- El ser humano racional comprende que necesita de un sistema ético normativo para convivir pacíficamente con sus semejantes.
- Solo existen los individuos como agentes operatorios, el colectivo es la idealización de un grupo de individuos que comparten alguna característica en común.
- El hombre naturalmente está vivo y es libre, biológicamente su fin es sobrevivir y reproducirse; sin embargo, individualmente tiene sus propios fines independientes.
- Asesinar, esclavizar y robar es antinatural e inmoral, puesto que violentas la voluntad de las víctimas. La propiedad es legítima siempre y cuando sea obtenida pacíficamente.
- Toda comunidad política debe ser constituida pacífica y voluntariamente como medio para satisfacer ciertos fines de convivencia para un conjunto definido de individuos.
- El espíritu del mercado es natural al ser humano, pero el sistema capitalista es un instrumento inventado con la función de generar riqueza y producir más mercancías.
- El sistema moral y funcional a nivel económico es el libre mercado absoluto laissez La propiedad privada es una garantía y expresión de libertad humana.
- El Estado es un conjunto de humanos organizados que controlan una serie de aparatos burocráticos de ordenamiento en un determinado territorio y sobre una población.
- Un gobierno es un conjunto de humanos que controlan y subordinan a otro grupo de
- La nación es un conjunto de vínculos culturales que son compartidos por un
- El nacionalismo es una ideología que postula que una nación debe conformar un Estado independiente y soberano.
- Las guerras, genocidios, racismo, discriminación son consecuencias del:
- El egoísmo es un modo de vida donde la primacía del accionar recae en el interés
- Los derechos naturales no son sustancias gaseosas incorporadas al humano, todo lo contrario, son reflexiones éticas que constituyen un sistema ético normativo y jurídico.
- El liberalismo, más allá de su pasado histórico en la ilustración y sus antecedentes en el taoísmo (antiautoritarismo), epicureísmo (hedonismo racional y la idea del jardín); principalmente es una cosmovisión ética y moral que postula las bases mínimas indispensables para la convivencia armoniosa de los individuos en sociedad.
- El anarquismo busca la supresión de gobiernos o regímenes coactivamente.
Humanidad:
- Hechos naturales: vida, libertad (razón que deriva en voluntad).
- Hechos artificiales: propiedad, guerra, esclavitud, robo, Estado, capitalismo,
- Derechos: Son principios morales (Rand) derivados de un sistema ético-normativo (Gardella) objetivo y cognoscitivo por la razón humana (Giacomini), los cuales se reconocen en la constitución de un código jurídico en una comunidad políticamente organizada. Estos definen y guían la libertad de acción del individuo en sociedad. Estos derechos solo pueden ser tres lógicamente no contradictorios: vida, libertad y propiedad.
Características del individuo:
Factores subjetivos (ideas mediadas por la voluntad): cultura, gustos, religión, nación, etc.
Factores objetivos (hechos materiales independientes a la voluntad): fenotipo étnico, sexo, edad, enfermedades, etc.
Reflexión primera: Los factores objetivos y subjetivos a priori no deberían conformar las bases de la construcción de un Estado, debido a que engloban a individuos con voluntad propia que quizá no quieran conformar dicha comunidad política, actualmente en ello se fundamenta la conformación del Estado, coactivo inherentemente a su colectivismo.
Tesis primera: El individuo al tener razón y en consecuencia voluntad, puede desprenderse o adoptar aspectos culturales y sociales, a nivel político, se puede asociar o desasociar de algún colectivo; independientemente de los hechos materiales, el individuo no debe ser subordinado a ningún colectivo, evidentemente esto abarca cuestiones jurídicas, debido a que la primacía está en los individuos puesto que estos son sujetos de derecho. El individuo humano es un ser hiper social que en un estado de aislamiento posiblemente no sobreviviría, el individuo está vinculado a una variedad de grupos (algunos naturales como la familia y otros artificiales como una empresa), pero el individuo siempre tendrá la soberanía sobre su vida; por esto no existe justificación para la esclavitud.
Tesis segunda: En conclusión, no se debe seleccionar características colectivas para la conformación de un Estado desde la cúpula gobernante, puesto que incluirían a individuos que no necesariamente buscan integrar dicha comunidad política. Además, se debería buscar abolir el currículo educativo de adoctrinamiento monopólicamente impuesta, debido a que esto mantiene la estructura psicológica y cultural de dominación.
Tesis tercera: Desde el voluntarismo e individualismo político (liberalismo), si el Estado ha de existir, solo podrá ser conformado con un fin explícito y compartido por todos los miembros que lo conforman; la conformación de un Estado, entendiéndose como una institución mediadora que brinda los servicios de justicia y seguridad para una determinada comunidad política, debe ser totalmente voluntaria y en el mejor de los casos formalizada mediante contratos. En este sentido, un Estado puede transformarse, desaparecer, ser reemplazado en función a la voluntad de los miembros de aquella comunidad que emplea al Estado; los Estados estarán en competencia entre sí en el mercado para poder brindar sus servicios a una determinada comunidad que demanda dichos servicios.
Tesis cuarta: La comunidad dirige y emplea a la empresa o grupo de individuos asociados que ejercen de mediadores y justicieros como servicio brindado a una determinada comunidad política. Además, debemos comprender que la comunidad puede desintegrarse o modificarse, puesto que cada individuo decide pertenecer o no a esta, cada miembro individual decide si quiere o no participar o conformar una nueva comunidad; por otro lado, una constitución solo tendrá autoridad si y solo si es pactada por todos y cada uno de sus miembros, de esta forma, se establecen las reglas de dicha comunidad y posiblemente será manifestada y ejercida por la empresa mediadora.
Tesis quinta: Toda relación de gobierno es una relación de subordinación (Walras, 1874), es la aplicación de los medios políticos (Oppenheimer, 1908), y todo gobierno es totalmente ilegítimo e inmoral, no tiene razón de ser y solo existe por la conformación de un Estado monopólicamente coactivo (realmente existente) ya sea en su forma monárquica, «democrática» o dictatorial. A su vez, todo impuesto es un robo y al igual que el gobierno, es un síntoma del Estado monopólicamente coactivo, donde la población está subordinada a la voluntad de un grupo de parásitos bandoleros (Spooner), bajo distintas justificaciones (Bastos), ya sea la coacción directa, el derecho divino de los reyes, el contrato social, identidad nacional estatal (símbolos, himnos, mapas, etc), estos no son más que meras abstracciones falsas diseñadas para apaciguar la revolución de la libertad de los individuos.
¡Más individuo y menos Estado! (Giacomini).
Conclusiones: Con respecto al Estado Nación, la forma moderna realmente existente en la edad contemporánea. Se debe buscar la abolición de su espíritu, es decir, de su naturaleza monopólicamente coactiva; en cuestión, no importa los servicios públicos o demás instituciones altruistas propias de una fantasía colectivista, lo que importa es que no sean financiadas mediante el robo, justificadas por la falsa noción de ciudadanía y deberes con la «Nación». Teniendo en cuenta las relaciones materiales e históricas de poder, la dialéctica entre la libertad y la opresión, entendemos que la revolución, siendo pragmáticos, tiene dos vías mutuamente complementarias:
- Revolución institucional (interna al sistema): Estas revoluciones no suelen funcionar debido a que van en contra de múltiples intereses; además, lo sucedido en la revolución francesa y la llegada de la edad contemporánea, fue que “el Leviatán cambió de máscara», se pasó de un gobierno monárquico absolutista por una república “democrática”, el error de los ilustrados fue no ver el peligro del Estado impuesto y creer que todo mejoraría por cambiar la forma de gobierno privada por una pública (Hoppe), la democracia impuesta es una estafa colectivista que mantiene bajo un letargo fundamentalista a los ciudadanos y las constituciones que las sostienen no tienen autoridad (Spooner, 1867), el contrato social es un mito, puesto que un contrato que nunca fue firmado voluntariamente por todos los miembros, no es un contrato. ¿En qué consiste este cambio radical?, básicamente se deben destruir los dos pilares que sostienen el monopolio coactivo, bajo dos medidas:
- Legalización de la secesión (posibilidad de separarse del Estado).
- Abolición de los impuestos (financiación voluntaria y democrática)
- Revolución independiente (externa al sistema): Este tipo de revolución es coherente, funcional y moral, es a su vez quizá la más riesgosa, y demuestra una integridad moral y disposición del individuo con respeto a la lucha por su libertad; esta consiste en esquivar y evadir los aparatos y tácticas de represión o control por parte del Estado; las herramientas brindadas por algunos ideólogos liberales como Henry Thoreau o Samuel Konkin, pueden manifestarse en las siguientes tácticas:
- Desobediencia civil (no acatar leyes injustas).
- Contraeconomía (agorismo, evasión fiscal y regulatoria, participación en mercados grises y negros).
- Lucha cultural (transmisión de las ideas y ética de la libertad).
Frases liberales
Karl Hess
«La revolución ocurre cuando la víctima deja de cooperar».
«El extremismo en la búsqueda de libertad no es vicio. La moderación en la búsqueda de la justicia no es virtud».
Lysander Spooner
«Si los impuestos sin consentimiento no son un robo, entonces cualquier banda de ladrones solo tiene que declararse a sí mismos un gobierno y todos sus robos serían legalizados».
«El principio de que la mayoría tiene el derecho a gobernar a la minoría convierte a todo gobierno en una competencia entre dos cuerpos de hombres, entre quienes mandarán y quienes serán esclavos; una competencia que nunca podrá terminar mientras el hombre se resista a ser esclavo».
Henry David Thoreau
«La desobediencia es el verdadero fundamento de la libertad. Los obedientes deben esclavos.»
Frédéric Bastiat
«Cuando la ley y la moral se contradicen una a otra, el ciudadano confronta la cruel alternativa de perder su sentido moral o perder su respeto por la ley».
«La vida, la libertad y la propiedad no existen por razón de leyes hechas por el hombre. Por el contrario, el hecho es que la vida, la libertad y la propiedad existen con anterioridad a aquello que hizo a los hombres hacer leyes por primera vez».
«El Estado, no olvidemos jamás, no tiene recursos que le sean propios. No tiene nada, no posee nada que no tome de los trabajadores».
«Todo el mundo quiere vivir a expensas del Estado, pero olvidan que el Estado vive a expensas de todo el mundo».
«La solidaridad es espontánea o no es solidaridad. Decretarla es aniquilarla».
Texto redactado por: Stefano Cobián (2022).
Bibliografía: PLAZA, Orlando “Teoría Sociológica: enfoques diversos y fundamentos comunes”. Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú. Fondo Editorial 2014. Capítulo 5 y 6. Pp. 95-135