- Nicolás Álvarez Montaldo
El Nazismo y la Economía
Introducción
En el presente trabajo, se buscará comprender como era el modelo económico de la Alemania Nazi. Actualmente, existe una idea generalizada de que este modelo era capitalista e incluso de libre mercado. Sin embargo, esto no puede estar más alejado de la realidad y, por lo tanto, es necesario desmentir ciertas nociones que se tienen sobre el tema. Para llevar a cabo este trabajo se utilizó el video de la economía nazi, disponible en la Academia Libertaria, y otras bibliografías que será mencionada al final del trabajo.
Ideología del Nazismo
Para entender el modelo económico, es necesario comprender la ideología que hay detrás. Hitler odiaba tanto a lo que él llamaba «capitalismo judío» como él «bolchevismo judío» (o marxismo) (Hitler,1925). Consideraba que ambas ideologías formaban parte de un complot judío para apoderarse del mundo. Su antisemitismo es su anticapitalismo, y su antisemitismo es su antimarxismo, y su socialismo. Pensaba que los judíos estaban causando la «crisis del capitalismo» para provocar un conflicto de clases, que luego sería explotado por los judíos, que llevaría a cabo una revolución marxista. En ese momento, ellos dominarían el mundo y (en la mente de Hitler) sería la caída de la civilización.
El nazismo supone una jerarquía de razas, donde la cúspide está ocupada por los arios. Esto se relaciona con su visión socio-darwinista, en donde los más fuertes sobreviven y los débiles sufren a mano de estos. Estos dos componentes terminarían influyendo en su idea de Lebensbraum (tierra vital), en donde Alemania debía conquistar tierras en el este y someter a millones de “sub humanos”.
Hitler se consideraba a sí mismo como un socialista. Con esto no se quiere decir que Hitler era un marxista. El marxismo no es más que una versión del socialismo, y hay muchas versiones del socialismo. El marxismo no es el concepto central del socialismo. De hecho, la idea del socialismo es anterior al marxismo. Marx dijo que los socialistas utópicos que le precedieron no eran científicos y, por tanto, no eran verdaderos socialistas, como lo era él. Y así creó una teoría de clase de la historia, y una ideología basada en el socialismo de clases. Entonces llegó Hitler y dijo que Marx no era un verdadero socialista, llamándolo anticientífico, y adoptó una teoría racial de la historia, y una ideología basada en el racismo-socialismo (Hitler, 1925). Su Nacionalsocialismo no era una versión del capitalismo, porque Hitler odiaba el capitalismo, que consideraba como un concepto judío. Su antisemitismo era su anticapitalismo. Mientras que su antimarxismo era porque pensaba que el marxismo también era un concepto judío. Por lo tanto, se oponía tanto al marxismo como al capitalismo, y abrazó una variante del socialismo que estaba, supuestamente, en algún lugar entre estas dos posiciones. Esto se conoce como la «Tercera Vía» nacionalsocialista (Zeitelman, 2021).
Contracción de los mercados
Hitler creía en la contracción de los mercados, que es básicamente una variante del concepto marxista de la «Tendencia a la caída de la tasa de ganancia». Pensemos en dos países, uno industrializado (país A) y uno que no lo está (país B). A cambio de maquinaria, el país no industrializado daría materias primas. Sin embargo, el intercambio, según Hitler, no beneficiaria al país industrializado, ya que ayudaría al otro país a industrializarse. Llegaría a un punto en el cual el país B dejaría de comerciar, puesto que no tendría la necesidad de hacerlo, por lo cual el país A quedara en desventaja. De esto, sale la idea de que los mercados, supuestamente, se reducen y lleva al conflicto a los países capitalistas, que buscan esos pocos mercados disponibles. Además, esto llevará a que Hitler defienda la autarquía sobre el libre comercio.
De esta idea, Hitler llega a la conclusión de que Alemania no tiene suficiente tierra y recursos que necesita para implementar el socialismo para su pueblo. Hitler pensó que necesitaba conseguir esa tierra y recursos primero antes de que el capitalismo fracase y sea tomado por él «marxismo internacional de los partidos judíos y de la Bolsa»(Hitler,1925), y luego implementar su socialismo una vez que tuvieran la tierra. No se puede implantar el socialismo real sin los recursos para hacerlo, después de todo. En el Mein Kampf, Hitler plantea que: “La política exterior de un Estado popular debe tener en cuenta, en primer lugar, el deber de asegurar la existencia de la raza incorporada a este Estado. Este debe establecer una proporción sana y natural entre el número y el crecimiento de la población, por un lado, y la extensión y los recursos del territorio que habitan, por otro. Ese equilibrio debe ser tal que esté de acuerdo con las necesidades vitales de la población” (Hitler,1925). En otras palabras, plantea que la comunidad racial alemana necesita tierras. Entonces, la raza aria necesita de más suelo(tierra), de lo contrario, morirán. No se habla, debe comerciar con los alimentos, lo que se haría en el capitalismo, o de obtener el suelo para luego para obtener un beneficio, como se haría en el capitalismo.
Era necesario conseguir el Lebensbraum en el Este para conseguir los recursos para implementar una autarquía total. Hitler planteaba que Alemania no tenía los recursos para implementar la autarquía total, por lo cual debe implementar una versión más limitada hasta que se consigan nuevas tierras.
Socialismo racial
Tanto el nacionalsocialismo como el socialismo marxista son ideologías discriminatorias. Si usted ha nacido en la burguesía, los marxistas del régimen de Lenin te considerarían intrínsecamente burgués. Tu clase siempre te acompañaría; un estigma con el que naciste y que nunca podrías borrar. Una vez burgués, siempre burgués. El marxismo promete una sociedad sin clases, pero, en realidad, la única razón por la que no hay clases es porque todos los burgueses han sido asesinados o esclavizados. Bueno, lo mismo se aplica a la versión racial del socialismo de Hitler. Todos los alemanes son iguales, y los que no han nacido alemanes llevan el estigma de su raza.
Lenin reclamó la «dictadura del proletariado». Hitler pedía la «dictadura del ario’ – o un «Estado popular». Para Lenin, la burguesía debe ser eliminada de la sociedad. Para Hitler, los judíos deben ser eliminados de la sociedad. Así que esto no es socialismo de clase, que es lo que predica el marxismo. El nacionalsocialismo es un socialismo racial, y se manifiesta de forma ligeramente diferente al marxismo. De hecho, Hitler quería curar la crisis de clase del marxismo eliminando a los judíos, que él pensaba que la estaban causando para sus propios fines.
Esto jugaría un rol importante en la economía, ya que el Estado llevaría a cabo un proceso de “arianizacion”, en donde los judíos y otros grupos que eran considerados indeseables, tenían sus propiedades confiscadas (Ally,2005). Lo que se esperaba lograr con esto era eliminarlos de la vida económica.
Propiedad privada en el Nazismo
Hitler quería destruir el Estado “judío” o burgués primero, y necesitaba conquistar el espacio vital, antes de implementar el socialismo total. Hitler rechaza tanto el capitalismo como el marxismo, pues considera que ambos son judíos. En su lugar, quería crear un socialismo racial – un estado racial ario que controle la economía – pero también quiere que haya competencia dentro de eso (esto se debe a su mirada sociodarwinista, donde la competición juega un rol fundamental). Debido a que no tiene los recursos para implementar un socialismo completo, él está llamando a un socialismo limitado hasta después de la conquista de la Unión Soviética. Esta es la razón por la que el estado de Hitler permite algo de competencia individual y algo de mentalidad de «supervivencia del más fuerte» en la economía. Pero tampoco puede permitir el capitalismo total, donde cada alemán está para sí mismo, ya no trabaja para su «raza», porque no estaría trabajando para «eliminar el Estado judío» (usando su propio lenguaje) en preparación para el colectivo racial-social que quiere crear.
Por eso vemos a los funcionarios del Partido Nazi entrando en las fábricas y tomándolas (dictando políticas a los propietarios, como se describe en «La economía vampírica» de Günter Reiman, y en «El salario de la destrucción» de Tooze, por nombrar algunos), y la nacionalización de industrias -como la fábrica de Junker- si no también la venta de esas industrias a individuos del Partido Nazi, que pueden entonces dirigir el negocio, vender productos, y hacer una ganancia. El Estado controlaba todos los aspectos de la industria, determinando cuanto podían vender, que podían vender, donde invertir, etc. Por otra parte, los burócratas establecían ciertos objetivos que, en caso de no cumplirlos, llevaría a la nacionalización de la empresa. Todo este proceso se facilitó con la eliminación de los artículos 115 y 153 de la constitución alemana que protegían a la propiedad privada.
A los alemanes se les permitió conservar sus propiedades porque eso convenía a Hitler y la ideología del Estado Nacional Socialista, pero a los no alemanes, o a los alemanes que no que no obedecían al Estado, se les robaba sus propiedades o negocios. Los nazis veían a la propiedad privada como algo “condicionado a su uso, no como un derecho fundamental. Si la propiedad no se utilizaba para promover los objetivos nazis, podía ser nacionalizada” (Zeitelman,2021)
Sindicatos
El Partido Obrero Nacional Socialista Alemán no «abolió» ni «aplastó» a todos los sindicatos. De hecho, lo que hicieron fue nacionalizarlos en el sindicato estatal: el DAF – el Frente Obrero Alemán. Así, colectivizaron a los trabajadores incorporando los sindicatos al Estado. Los sindicatos que se resistieron fueron «aplastados», pero el resto fueron absorbidos y consolidados, no se destruyeron. Algo similar ocurrió con Lenin en la Unión Soviética, donde se llevó a cabo el mismo proceso.
Existen dos razones por las que tanto Hitler como Lenin abolieron los sindicatos «privados y crearon sus propios sindicatos «públicos». La primera fue porque eran socialistas – ellos
querían que todo fuera dirigido por el Estado. Ellos no quieren el control privado de los medios de producción. Dado que los sindicatos son organizaciones privadas, y las organizaciones privadas están fuera del control del Estado, deben ser aplastados o sometidos al control del Estado.
La segunda razón es porque, si los trabajadores están en un paraíso socialista y el Estado está para velar por sus necesidades, entonces no habría necesidad de sindicatos. En el socialismo el Estado debe estar del lado de los trabajadores, debe ser controlados por y para los proletarios. Si el Estado ya representa a los trabajadores, ¿para qué se necesitan sindicatos?
Primacía de la política
Hitler creía en lo que llamaba la «Primacía de la Política». Creía que la economía debía estar en un segundo lugar con respecto a la política – al igual que muchos otros socialistas. El beneficio privado estaría sometido a las necesidades del pueblo. Por lo tanto, no se dejaba actuar a las fuerzas del mercado. Él haría que el mercado se doblegue para que se adapte a las necesidades del régimen (la autarquía y el espacio vital son dos ejemplos principales de ello). A su vez, no estaba de acuerdo con la idea de la mano invisible, en donde la prosecución de los intereses individuales llevaría a un interés general (Zeitelman,2021). Será necesario, entonces, que estos intereses individuales se sometan al bien común.
Esta idea, llevaría a que el régimen nazi lleve a cabo ciertas políticas sociales para lograr el bien general. La idea de que la Alemania nacionalsocialista era capitalista y beneficiaba a las empresas con el único fin de explotar a los pobres, es simplemente un mito. La carga fiscal recaía sobre las corporaciones, en lugar de la gente. En 1941, el gobierno subió las pensiones, una media de alrededor del 15 por ciento (Ally,2005). También se introdujo el seguro médico obligatorio. Y los alemanes con menores ingresos fueron los más beneficiados de este tipo de economía -al menos a corto plazo- porque pudieron pagar sus hipotecas y préstamos. Los que perdieron sus casas en los bombardeos recibieron los bienes domésticos directamente del Estado, tomados de los judíos deportados, por supuesto. Incluso en 1944 y 1945, con la economía en colapso y el Tercer Reich en dificultades financieras, el liderazgo nazi se negó a considerar la idea de un aumento de impuestos en caso de que causara malestar en la población civil (Ally, 2005). Los controles de precios y alquileres impidieron que los precios y los alquileres subieran. La manutención de los hijos y los subsidios a los hogares aumentaron un 25 por ciento en 1939, un 28 por ciento en 1940, un 56 por ciento en 1941 y el 96% en 1942 (Ally, 2005). Antes de la guerra, se incrementó el impuesto sobre los beneficios para todas las empresas con rendimientos anuales superiores a más de 50.000 reichsmarks. Este impuesto alcanzó el 40%. Pero a mediados de 1941 se elevó de nuevo al 50% de los beneficios. Y el 1 de enero, se elevó al 55%. Gotz Ally en su libro Los beneficiados de Hitler menciona que “ «Los industriales se quejaban de que entre el 80 y el 90 por ciento de los beneficios empresariales eran tomados por el Estado. Esta cifra es claramente exagerada, pero dice mucho sobre la orientación básica de la política fiscal del gobierno nazi”(Ally, 2005).
Comisarios Nazis
Reinmann en la Economía Vampiro cuenta que “Un miembro de la «vieja guardia», Joseph Wagner, fue nombrado Comisario de Precios. Él tiene un enorme personal administrativo a su disposición y se mantiene en estrecho contacto con la policía para asegurar la eficacia de sus decisiones. Su trabajo consiste en fijar los precios” y «El Comisario de Precios tiene el deber de velar por el mantenimiento de un nivel de precios estable. Se prohíben las subidas de precios y, en muchos casos, no se permiten reducciones” (Reinmann, 1939).
Los Nazis, al igual que los keynesianos y otros socialistas, creían que los «precios estables» eran deseables. La caída de los precios (deflación) significa menos beneficios que gravar. Menos impuestos significa que los gobiernos tienen que recortar, ya que, a diferencia de los productores en la sociedad, solamente pueden ganar riqueza robando (o explotando) a los trabajadores. Por lo tanto, a los keynesianos y similares les gusta impulsar la inflación, es decir, el aumento de los precios. Por eso imprimen moneda. Es por esto que los nazis tenían comisarios de precios y pretendían que los precios fueran estables.
El Comisario de Precios -Wagner- emitió él «Decreto de Paro de Precios», congelando los precios. Fue entonces abrumado por las quejas. Los precios tuvieron que aumentar debido a los crecientes costes de producción, que, a su vez, estaba causada por la escasez de recursos impuesta al Reich por la política de autarquía. Como los minoristas no vendían los productos al precio legal, los consumidores se veían obligados a comprar a precios más altos, lo que hacía que sus transacciones fueran ilegales.
Agricultura colectiva
Hitler quería esperar hasta después de haber conquistado el espacio vital en el Este antes de implementar grandes reformas agrícolas. Como hemos discutido antes, no podía implementar el socialismo completo hasta que tuviera los recursos del Este. Pero, aun así, hubo intentos de aplicar esas reformas antes de eso. El 26 de septiembre de 1933 Darré y Backe crearon la ley «Erbhof»: “Con el fin de proteger al campesinado como «fuente de sangre del pueblo alemán», la ley proponía crear una nueva categoría de explotaciones agrícolas, el Erbhof (propiedad hereditaria), protegida contra el endeudamiento, aislada de las fuerzas del mercado y transmitida de generación en generación en el seno de familias campesinas racialmente puras. La ley se aplicaba a todas explotaciones de tamaño suficiente para proporcionar a una familia alemana un nivel de vida adecuado” ( Tootz, 2006). Así que claramente, esto no es capitalismo. Esto es el control estatal, colectivo y público de la economía. El sector público decidió que esas granjas no podían ser recuperadas o vendidas.
Junto con esta extraordinaria intervención en los derechos de propiedad de los campesinos alemanes fue un programa igualmente drástico de reducción de la deuda. Backe y Darré propusieron que los campesinos de Erbhof asumieran la responsabilidad colectiva de
de las deudas de los demás ( Tootz, 2006).
“Volksgemeinschaft”
El término «Volksgemeinschaft» significa «comunidad popular». La idea era abolir las distinciones entre clases, géneros, etc., e igualar a todos los alemanes en la comunidad. Hitler prometió la creación de un «estado socialmente justo», que erradicaría todas las barreras sociales. Después de su toma de poder, los nazis pusieron a todos en línea, en un proceso de
“Coordinación”: «Para mucha gente, el objetivo del régimen de nivelar las diferencias de clase se hizo realidad en las Juventudes Hitlerianas, el Servicio Nacional del Trabajo, las principales organizaciones del partido y en última instancia, incluso en la Wehrmacht” (Ally,2005).
Una de las principales barreras para lograr esta comunidad era el desempleo. Cuando los nazis llegaron al poder se estima que había 6 millones de desempleados (Ally,2005). Así que Hitler prometió hacer que todos volvieran a trabajar, lo que consiguió hacer en los primeros cinco años. Sin embargo, todo esto fue una ilusión: “Los salarios y las pensiones se estancaron en los míseros niveles de la Depresión” (Ally,2005). Para cuando Hitler estaba en el poder, la economía había tocado fondo desde la Depresión y estaba empezando a recuperarse en 1932, antes de que los nazis llegaran al poder, y si no durante 1933, antes de que los nazis tuvieran tiempo de aplicar la mayoría de sus políticas. La propaganda nazi y las promesas de planes de creación de empleo, llevo a que la población crea en esta supuesta «recuperación» económica nazi. El problema era que se trataba de una farsa y el programa social del nuevo Reich «superó los ingresos adicionales en casi un 300 por ciento [y] la deuda pública aumentó en los dos primeros años del régimen nazi en 10.300 millones de reichsmarks” (Ally,2005).
Al final, el coste de la aplicación del socialismo limitado de Hitler era demasiado para la economía. La única solución fue ir a la guerra para saquear los recursos de Europa y exportar sus problemas financieros al extranjero.
Saqueo de Europa
A finales de 1941, había una crisis alimentaria en el Reich. La guerra se había prolongado más de las planeadas 12 semanas. Los alemanes no estaban preparados para esto, y ya no estaban recibiendo suministros de alimentos de la Unión Soviética. Había que alimentar a 3 millones de soldados sin reducir las raciones de alimentos dentro de la propia Alemania. Por lo tanto, el régimen les ordenó «vivir de la tierra». En muchos casos, los soldados alemanes simplemente robaban lo que querían. Entre septiembre de 1941 y agosto de 1942, el 90% de las papas del Grupo de Ejércitos Centro procedían de fuentes locales, al igual que el 65% de la carne y el 60% del pan (Ally,2005) En 1943, la presión sobre la economía local era tan que estas cifras disminuyeron, y solo el 11% de su carne procedía del pueblo(Ally,2005).
Para financiar la economía alemana y poder continuar con la guerra, los nazis decidieron llevar a cabo ciertas acciones en detrimento de la población local. Un ejemplo de esto fue en Bélgica. El presupuesto de Bélgica antes de la guerra había sido de 11.000 millones de francos. Ahora los alemanes exigían 18 mil millones adicionales al año, redistribuyendo la riqueza de Bélgica a Alemania. Bélgica no tuvo más remedio que imprimir moneda para hacer frente a la demanda. Esto se hizo hasta tal punto que en octubre de 1941 había signos de inflación e inestabilidad monetaria (Ally,2005).
Los trabajadores de las zonas rurales de Ucrania fueron tomados, luego los bienes fueron entregados a los ancianos de la aldea, que los venderían y transferirían los fondos al tesoro alemán. Los alimentos y el ganado fueron confiscados por las divisiones locales de la Wehrmacht.
Enfrentado por los problemas financieros, el Ministerio de Finanzas decidió, a finales de 1937,confiscar las propiedades judías y entregarlas al “pueblo “alemán. Con la conquista de diversos países, el gobierno decidió extender esta política a los territorios ocupados. Propiedad judía era confiscada y vendida o entregada a los alemanes. Ciertos bienes confinados fueron vendidos en suiza, nación neutral, con el fin de obtener fondos para la economía.
Conclusión
Hitler quería crear una versión del socialismo para la raza, que excluyera a los judíos, pero que pusiera fin al conflicto de clases y uniera al pueblo alemán. Él creía en el concepto marxista y socialista de la contracción de los mercados, que él pensaba que iba a derribar la civilización en pocos años. Así que Hitler se embarcó en una cruzada hacia el Este, por el espacio vital y los recursos que necesitaba para implementar su socialismo total. Mientras tanto, un socialismo limitado sería implementado. Pero, debido al hecho de que el socialismo no funciona, esto hizo que la economía del Tercer Reich se tambaleara e implosionara, obligando a Hitler a ir a la guerra a finales de la década de 1930. Esto permitió a los alemanes robar los recursos de Europa conquistada y exportar a otros países, la inflación que habría paralizado su economía.
Debido a que Alemania perdió la guerra en el Este, Hitler no pudo implementar su socialismo total. Sin embargo, eso no significa que no fuera socialista. El nacionalsocialismo era un socialismo de izquierdas. Hitler era un socialista que creía en la teoría racial de la historia en lugar de la teoría de la historia de las clases (donde el éxito de una nación está atado a la raza), en la que creen los marxistas.
Con lo mencionado previamente, se buscó que comprendiéramos el modelo económico y la ideología detrás de este. Es importante conocer estos sistemas en donde las libertades naturales de los individuos son destruidas en pos de un bien común, para valorar la importancia de nuestras libertades.
Bibliografia
- Aly, G. «Los beneficiarios de Hitler: Cómo los nazis compraron al pueblo alemán». Verso, 2016. (Original en alemán de 2005)
- A. “Mein Kampf.” Jaico Books, 2017.
- Hitler, A. «Zweites Buch (Libro secreto): La secuela de Mein Kampf de Adolf Hitler». Jaico Editorial, 2017.
- Tooze, “Salarios de la destruccion”Penguin Books, 2007.
- Zitelmann, “ El nacionalsocialismo de Hitler” Editorial Oxford 2022.
- Video La economía y el Extraído de: https://campus.academialibertaria.org/mod/lesson/view.php?id=129
- Reimann, G. «La Economia Vampiro: Haciendo negocios bajo el fascismo». Kindle, Mises Institute, 2007. Escrito originalmente en 1939