Sociedad sin estado según Robert P. Murphy

Este artículo pretende exponer brevemente las ideas del libro “La teoría del caos” de Robert P. Murphy. Para ello se omitieron y resumieron algunos contenidos con el objetivo de dar una noción de cómo sería una sociedad sin estado según este autor.

En este libro, que está formado por dos ensayos, contiene argumentos prácticos, de modo que pueda llegar a ser interesante para una gran variedad de lectores, y, como dice el propio autor, es una buena introducción para aquellos que se preguntan cómo el libre mercado puede proveer servicios de defensa y policía. También explica que es especialmente importante convencer a las personas de que el mercado puede proveer estos servicios puesto que su principal problema no es que no les convenza, por ejemplo, la idea de que los impuestos son un robo sistemático, sino que creen que la civilización colapsaría sin el estado.

 

Los contratos y las agencias de arbitraje

Con la eliminación del estado, aparecerían instituciones voluntarias para resolver más eficientemente y de forma más pacífica las disputas que suceden en la vida diaria (instituciones como las agencias de arbitraje, agencias de seguro, etc.) . Así como el dinero surge de forma espontánea, un sistema legal justo también lo hará.

En esta sociedad libre todas las acciones estarían sujetas a contratos, por lo que se podría decir que la interacción social está “regulada” por contratos voluntarios. Como no existe el estado las empresas cuando contratan incluirían un documento con cláusulas de este tipo “Prometo no robar a la empresa Acme. Si me descubren robando, según establece la Agencia de Arbitraje X, acepto pagar cualquier indemnización que la Agencia X considere apropiada” (Murphy, n.d., 14). Este contrato tiene dos características a resaltar, es completamente voluntario y la Agencia de arbitraje X asegura la justicia y la objetividad ante cualquier disputa.

Ante el hipotético caso que una empresa prepare una artimaña contra sus empleados, aprovechándose de lo aceptado en la cláusula del contrato, en complicidad con la agencia de arbitraje, el autor responde que “…después de pensarlo, es fácil ver que ese comportamiento sería absurdo. El que una agencia de arbitraje decida de cierta manera no haría que todos estén de acuerdo con ella, igual que la gente se queja de las escandalosas decisiones de los jueces públicos. La prensa reflejaría las decisiones injustas y la gente perdería la fe en la objetividad de las decisiones de la Agencia X. Los potenciales empleados lo pensarían dos veces antes de trabajar en esa empresa , mientras requiera (en sus contratos de trabajo) que la gente se someta a la sospechosa Agencia X […] Otras empresas utilizarían agencias de arbitraje distintas y más respetables y los trabajadores acudirían a éstas. Pronto, la empresa corrupta y la Agencia de Arbitraje X sufrirían enormes sanciones financieras por su comportamiento.” (Murphy, n.d., 15).

Cabe aclarar que al someterse a la competencia del mercado el servicio de estas agencias de arbitraje se mejoraría y adaptarían a los deseos de sus clientes.

 

●    El asesinato

Casi todos los contratos para acceder a zonas, como un centro comercial o una cooperativa de barrio, tendrían una cláusula que dijera “Si soy condenado por asesinato, acepto pagar y millones de dólares al patrimonio del interfecto” (Murphy, n.d., 16). Debido a esto se podría decir que el asesinato es ilegal en una sociedad anarquista.

 

Las agencias de seguros

En esta sociedad las agencias de seguros funcionarían como garante de los contratos de un cliente con diversas empresas. Cómo estas agencias se harían cargo de pagar por su cliente, estas evaluarían el riesgo con cada cliente (a más riesgo, más paga. Esto le puede afectar según su historial) y cobraría la prima que considere. Las primas serían bajas debido a que todas las personas contratarían este servicio y las empresas solo se tendrían que asegurar de que todos con los que trata tengan una póliza con una agencia aseguradora confiable.

Dice Murphy que “Si dejara de pagar sus primas, su cobertura desaparecería. Sin que nadie avale sus obligaciones contractuales, esa persona sería un muy mal cliente o empleado […] ya que no habría recurso “legal” si hiciera algo “criminal” (Murphy, n.d., 18).

 

●    Agencias de seguros y prisiones

¿Cómo lidia una sociedad anarquista con los individuos que ignoran los incentivos y cometen delitos? Teniendo en cuenta el axioma de no-agresión se puede lidiar con los criminales sin violar sus derechos naturales. Además, para casos en los que hay que usar la fuerza para capturar a fugitivos Murphy explica lo siguiente: “Por ejemplo. el contrato de un cine tendría una cláusula que rezara: “Si se me juzga culpable de un delito por parte de una agencia de arbitraje respetable [tal vez listada en un Apéndice], libero al dueño del cine de cualquier responsabilidad si hombres armados me expulsan de su propiedad” (Murphy, n.d., 20).

Los criminales irían a parar a “cárceles” y estas cárceles competirían entre sí para atraer criminales. “Pensemos: Ninguna aseguradora respondería por un asesino en serie si solicitara un empleo en la biblioteca local, pero sí se ocuparía de él si acordara vivir en un edificio seguro bajo fuerte vigilancia. La compañía de seguro se aseguraría de que la “cárcel” que la mantuviera estuviera bien gestionada. Después de todo, si la persona escapara y matara de nuevo, se consideraría responsable a la empresa de seguros, ya que se comprometió a indemnizar cualquier daño que cometan sus clientes.” Respecto a la crueldad al prisionero dice “Repito que a la compañía de seguros (que responde por una persona violenta) no le importa qué prisión elija el cliente, siempre que sus inspectores hayan determinado que ésta no deja escapar a su cliente y mezclarse con la población general.” (Murphy, n.d., 20 y 21).

 

●    Agencias de seguro y “control” de armas

Las aseguradoras a la hora de medir el riesgo y asignar una cantidad de primas a pagar tendrían en cuenta el tipo de armas que tiene su posible cliente. Ya el mero hecho de poseer armas aumenta el riesgo de que dañe a otros, según la aseguradora, pero si se tuviera un arma demasiado peligrosa, como podría ser armas nucleares o biológicas, el riesgo sería tan grande que no se ofrecería ninguna póliza. Como resultado no se viola ningún derecho natural y el que quiera poseer tales armas tendrá que lidiar con los problemas que supone no tener contratada una aseguradora en esta sociedad.

 

●    Agencias  de   seguro  y   seguridad  en los productos y servicios

Explica el autor que “Cuando un cliente compra algo, parte del paquete sería una garantía como: “si este producto causa daños, determinados por una agencia respetable de arbitraje, el cliente tiene derecho a indemnización por perjuicios”. E igual que los individuos probablemente necesiten verse respaldados por una gran empresa aseguradora antes de que nadie haga negocios con ellos, también las empresas necesitarían estar aseguradas contra posibles demandas de clientes, si quieren atraer clientes.” (Murphy, n.d., 32)

Este ejemplo se podría aplicar a una empresa de viajes aéreos: cuando compra el boleto, parte de lo que compra es un compromiso, este posee la lógica de lo que se a visto a lo largo de este trabajo (si pasa x, compensación monetaria), a la aseguradora (que sería la que paga) le interesa asegurarse que el servicio sea lo más seguro posible por lo que acuerda con la aerolínea que “Si, avalamos sus compromisos contractuales con los clientes, pero solo si ustedes siguen nuestro procedimientos de seguridad, permiten a nuestros inspectores revisar sus aviones, desarrollan un proceso de selección adecuada de pilotos, etc. y si violan nuestro acuerdo, les sancionaremos adecuadamente”. (Murphy, n.d., 33)

Exactamente lo mismo se puede aplicar para las licencias profesionales. Ya para este punto se puede imaginar más o menos la respuesta, sería muy similar al caso de arriba. Por ejemplo, para la medicina, surgirán organizaciones voluntarias con solo médicos calificados en sus filas y “antes de someterse a procedimientos arriesgados o ingerir medicamentos recetados, los pacientes reclamarían compromisos contractuales de indemnización en caso de daños” (Murphy, n.d., 34), al igual que el ejemplo de la aerolínea, la aseguradora se encargaría rigurosamente de la seguridad.

 

Cierre

En este trabajo se ha expuesto de manera breve cómo funcionaría una sociedad sin estado según Robert P. Murphy; entonces esta sociedad principalmente funcionaría a través de organizaciones privadas como las agencias de seguros, las agencias de arbitraje, las prisiones privadas y por sobre todas las cosas el contrato.

También hay que aclarar que en el libro tiene un capítulo llamado “Dudas”, en el que se comenta por ejemplo “¿Qué pasa con alguien que no tenga seguro?”, y que este trabajo se concentra en el primer ensayo y no en el segundo, que trata sobre el tema de cómo se defendería una sociedad anarquista ante estados. Si tienes dudas sería recomendable leer el libro (no es muy largo, son 70 páginas).